Théo y Hugo se encuentran en un club de sexo turbio y sin freno. Se buscan y se pierden, se desean y se entregan; luego, se besan, se miran y salen juntos al exterior. A partir de ese momento, ya nada vuelve a ser lo mismo. Ambos se enfrentan a un reto insospechado que les hace cuestionarse su propia realidad.
Olivier Ducastel y Jacques Martineau han conseguido con esta película llamar la atención de todo el mundo con un ejercicio visual y dramático extraordinario en solo dos actos; el primero multitudinario, descarnadamente sexual, de desnudez y silencio. En el segundo acto, dos únicos actores, las calles desiertas en la noche de París y puro texto. El primero: desnudez del cuerpo; el segundo: desnudez del alma. Un ensayo brutal, sin concesiones, extraordinariamente valiente y conmovedor que enfrenta sin juicio el sexo y el amor, lo visual y lo narrativo, la oscuridad y la luz. Una película única, imprescindible, no apta para superficiales ni moralistas. Un puñetazo en la cara y en el corazón. Una de las mejores películas de esta edición.