The Comedian es la película más indie y amable de la Mostra 2014, un ejercicio visual y narrativo sencillo pero efectivo que cuenta, en pocas jornadas, la deriva existencialista de un comediante atrapado en su propia indefinición.
Ed (Edward Hogg) se encuentra en un momento vital, la treintena, en el que no sabe hacia dónde ir. Se mueve entre un trabajo de teleoperador absurdo y sin futuro, una pasión profesional de monologuista que no acaba de despegar, una relación sentimental ambigua con su compañera de piso y un deambular por la ciudad de Londres que escenifica su ligereza y vacío. Y en esa situación conoce a Nathan, que se enamora fácilmente de él y cuestiona su apatía y su falta de confianza. Este relato sencillo sobre la soledad contemporánea, al estilo del
Wonderland de Winterbottom, está personificado en un humorista británico sin gracia, pero con encanto.