El director polaco Tomasz Wasilewski presentó el año pasado en la competición East of the West del festival de Karlovy Vary su segundo largometraje, Floating Skyscrapers, en la misma sección donde dos años antes se había hecho con el máximo galardón con su debut, In a Bedroom. Este jovencísimo director, nacido en 1980, pasa del universo femenino de su primer trabajo a un mundo totalmente masculino en Floating Skyscrapers, una película que muestra de forma descarnada la lucha de un hombre por entender su bisexualidad.

Kuba es atleta, vive con su novia y se siente insatisfecho con su vida. El encuentro con Michal, un joven desinhibido, lo llevará a explorar la posibilidad de una homosexualidad hasta el momento reprimida. Sin embargo, en esa búsqueda irá perdiendo todo cuanto ama. Se trata de una película de una fuerza visual descarnada y contemporánea, oscura y sombría, una joya de extraña y amarga belleza.