André Téchiné vuelve a los años ochenta con Los Testigos y elabora una magnífica historia de recién llegados cuyos testimonios conforman el mundo tal y como creemos entenderlo hoy. Con una capacidad pasmosa para cruzar historias y mundos que parecerían eternamente paralelos pero que confluyen en un estallido de dolor y esperanza, en esta historia todos los elementos (tierra, aire, agua y fuego) se confabulan para elaborar una danza para un tiempo que no cura las heridas, sino que las ensucia, las sopla, las empapa y las abrasa.

Los testigos somos nosotros, espectadores, lectores y oyentes de una historia que tuvimos la fortuna de vivir para contar gracias a esos otros testigos.